Un neumático pierde parte de su presión debido a causas naturales (normalmente alrededor de 1 psi [0,076 bar] por mes). La pérdida de presión se puede acelerar por otras fugas de aire debido a:
- Pinchazos accidentales
- La válvula: que se debe cambiar cada vez que se cambia un neumático.
- El capuchón de la válvula: esencial para garantizar la hermeticidad.
- La rueda: que se debe limpiar cada vez que se coloca un neumático.
- Seguí el consejo del fabricante del vehículo o del neumático, particularmente con respecto a las condiciones de uso (cargas/velocidad, etc.).
- Controlá la presión cuando los neumáticos estén fríos (cuando no se los haya utilizado en las últimas 2 horas o hayan recorrido menos de 3 km a baja velocidad).
- Si los neumáticos están calientes cuando los revisás, agregá de 4 a 5 psi (0,3 bar) a la presión recomendada por el fabricante del vehículo. Volvé a controlar la presión cuando se enfríen los neumáticos.
- No desinfles nunca un neumático caliente.
- Aunque infles los neumáticos con hidrógeno, el inflado y el estado general de los neumáticos se deben controlar con frecuencia.
El inflado correcto del neumático aumenta la seguridad, es más económico de usar y es mejor para el ambiente.
Al mantener los neumáticos con la presión correcta, reducís los costos de funcionamiento. Los neumáticos con inflado insuficiente son propensos a sobrecalentarse, consumen más combustible y se desgastan más rápidamente. De la misma manera, el inflado excesivo puede reducir la vida útil del neumático, reducir la adherencia y causar problemas de dirección.
• DESGASTE
Por ejemplo, un neumático con inflado insuficiente, un 20 % menos de lo recomendado, puede rendir un 20 % menos de kilometraje. Esto significa una pérdida de 8000 km en un kilometraje potencial de 40 000 km.
• CONSUMO DE COMBUSTIBLE Y EMISIONES DE CO2.
La baja presión de los neumáticos aumenta el consumo de combustible y las emisiones de CO2.